viernes, 25 de mayo de 2012
Hacia 1750 es dudoso que se pudiera hablar con propiedad de un campesino
propietario de la tierra en extensas zonas de Inglaterra y es cierto
que ya no se podía hablar de agricultura de subsistencia. El país
había acumulado y estaba acumulando un excedente lo bastante amplio como
para permitir la necesaria inversión en un equipo no muy costoso, antes
de los ferrocarriles, para la transformación económica. Buena parte de
este excedente se concentraba en manos de quienes deseaban invertir en
el progreso económico. Además Inglaterra poseía un extenso sector
manufacturero altamente desarrollado y un aparato comercial todavía más
desarrollado.
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